domingo, 22 de octubre de 2017

Nuevo edificio, nueva aventura


Por fin saco un ratito para contaros las novedades, que ha sido una semana muy intensa, los nuevos comienzos es lo que tienen, que son intensos y llenos de novedades. Todos aquellos que me seguís por otros lugares ya estáis al tanto del mayor de todos, he empezado una nueva vida en Madrid, aún sin residencia oficial pero si con la seguridad que pasaré allí grandes cantidades de mi tiempo.
¿Por qué ese cambio? ¿Por qué a una de las ciudades donde no me imaginaba viviendo? Pues porque las oportunidades surgen donde surgen y no donde uno quiere. Eso no las hace peores, sólo más desafiantes. Creo que va siendo hora de contaros esta aventura, ahora que ya no es un secreto.
Hace ya unos cuantos, bastantes, meses que surgió la posibilidad de optar a un puesto en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares. Un puesto que se parecía mucho a todo aquello a lo que yo me quería dedicar. De hecho llevaba mucho tiempo intentando crear un puesto igual en Salamanca, con éxito nulo, sólo los responsables saben por qué. Será una ciudad demasiado pequeña, supongo.
La cuestión es que a la vuelta de mi viaje a Japón, con la vista puesta en encontrar un nuevo lugar me topé con esta oferta, y en un arrebato de locura eché los papeles para optar a ella. Todo esto por Abril, más o menos. Como las cosas de Palacio van despacio aún tuvo que pasar un tiempo hasta que las calificaciones me definieron como uno de los candidatos a entrevista y allí que me dirigí.
Al presentarme ante un edificio tan grande e imponente, con una entrevista con más entrevistadores que un tribunal de tesis y mi "enorme" autoestima todo me superaba un poco. La entrevista fue muy bien, con un "tribunal" muy agradable. Lo cierto es que salí con buenas sensaciones de un posible futuro allí, no tanto por mi posible elección pero si como algo que podía no ser "tan malo".
Todo esto ocurrió por Julio, y lo que vino a continuación, pues ya es historia ¿no? Yo conozco el resultado hace ya bastante tiempo pero no ha sido hasta hace unos días que se ha oficializado todo y he podido contarlo. Había mucho que preparar, eso si, para un cambio de vida tan importante.

Esta semana que concluye ha sido mi primera semana en el nuevo centro y, como os podréis imaginar, ha sido muy intensa. Me he tenido que hacer a muchas cosas más o menos nuevas y, sobre todo, a la idea de que esto va en serio, que me han cogido en uno de los centros más importantes del país, si no del mundo, para realizar allí mi trabajo.
El primer día un lío, sin conocer a casi nadie, con muchos nombres nuevos que aprender y muchos rincones que descubrir. Poco ha poco las cosas han ido encajando, los nombres con las caras, la rutina se va creando y uno se va haciendo a todo lo nuevo.
La búsqueda de casa sigue, eso si, que parece que en este país es más difícil encontrar un sitio donde vivir que un trabajo. Y mira que por economía no será esta vez... Pero en la Capital es de un complicado, si quieres en alguna zona concreta... Pero ya no queda mucho para dejar ese cabo atado y bien atado.
La nueva gente parece muy agradable, me han acogido estupendamente y ya soy uno más en el laboratorio, las comidas y demás momentos de grupo. Se ven expertos en su tarea, cosa natural dado el tiempo que llevan realizándola y el empeño que le ponen. Y es que el horizonte de continuidad laboral es uno, de los muchos, beneficios de esta oportunidad (pero de eso ya iremos hablando en otro momento).
Vaya instalaciones, vaya máquinas, vaya poderío económico. Cómo se nota la diferencia de presupuestos. Yo había leído sobre estos secuenciadores, incluso había utilizado datos salidos de ellos, pero ahora que los tengo en la misma planta... es que son otra historia. Seguro que de aquí salen una buena cantidad de historias interesantes.
Los nuevos datos imponen nuevos retos y espero estar a la altura de los mismos. Me asusta enfrentarme a ellos, no por no ser capaz de superarlos con éxito, pero si por la novedad en si misma, por la importancia diferente que tienen, por las nuevas responsabilidades.

Y, de momento, ya está bien, que tampoco quiero aburriros. Una semana sin poder pasar por aquí, por excesiva falta de tiempo, y porque la vida más o menos volátil es lo que tiene, dan para más, pero yo quiero descansar y estar fresco mañana. Espero haber saciado vuestra intensa curiosidad, que se que es grande. No se si podré escribir esta semana que viene, de la misma forma que no pude la pasada, hasta que no tenga un lugar donde llevar uno de mis ordenadores, como es debido, seguiré con esta ausencia obligada. Igual mañana puedo publicar alguna cosilla, pero no os prometo nada, también quiero un poco de tiempo para mi. Eso si, recordaros que, si queréis saber más cosas, u os pica demasiado la curiosidad, siempre existen formas de preguntarme directamente.
Nuevas aventuras comienzan y las terminadas quedarán en la memoria. Todo nos modela y nos define, todos los universos con los que interactuamos. 

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